Los fondos garantizados se han convertido en los productos zombis de la industria de inversión en España. En un momento en que los fondos han superado su máximo volumen patrimonial de toda la serie histórica, con más de 300.000 millones de euros, según los datos de Inverco del mes de septiembre, los productos con garantía apenas representan menos de un 4% de los activos bajo gestión.

Se encuentran de esta forma al borde del abismo, cuando en su momento álgido llegaron a representar algo más de cuatro de cada diez euros invertidos en fondos de inversión, y sobre los que se basó la estrategia comercial de las gestoras de los bancos para su crecimiento en la etapa dorada del despegue de los vehículos de inversión colectivos en España.

Al garantizar el capital invertido, el ahorrador tenía el aliciente de colocar su dinero para obtener algo más de revalorización en algunos casos que en un depósito u otros productos financieros muy conservadores, sobre todo si eran garantizados de renta variable. Y al ser fondos de inversión, contaban además con la ventaja del diferimiento fiscal de las plusvalías.

Tiro de gracia

Pero la era de los tipos de interés en cero ha dado el tiro de gracia a unos productos que ya no tienen la posibilidad de ofrecer una garantía de devolución del capital inicial invertido, ya que a las firmas no les compensa el coste de la carcasa bajo la que se crea la estructura de este tipo de fondos.

Este declive se deja notar sobre todo en los fondos garantizados de renta fija, los que menos oportunidades tienen de arañar rentabilidad en un mundo donde la inversión en activos de deuda se ha vuelto más arriesgada que nunca.

Los datos de revalorización muestran el poco rendimiento que ofrecen: en los garantizados de renta fija se pierde un 0,50% en el año y apenas se gana un pírrico 0,06 a un año, mientras que los productos con garantía de rendimiento variable sufren una caída del 0,02% y a un año se consigue un 0,84%, según las medias ponderadas calculadas por Inverco.

Aún quedan 12.000 millones de euros repartidos en 167 fondos, de los que 52 son de renta fija. Y en ellos todavía confían 397.077 partícipes, apenas un 3% del total de inversores en fondos de inversión en España. Pero son datos que reflejan más la resistencia de los ahorradores a dar el salto a otros productos que la propia banca ofrece como alternativa, como son los fondos con objetivo de rentabilidad –similares en su construcción pero que no garantizan el capital inicial invertido– y la lenta espera hasta que concluya el período de vida de estos productos, que puede ser de tres a cinco años.

En cuanto esto se produce, se inicia la desbandada de los ahorradores. Según los datos de Inverco, durante septiembre han salido 631 millones de euros, acumulando reembolsos netos en el año por valor de 3.464 millones de euros, lo que implica una pérdida patrimonial del 22%, el mayor porcentaje de salida de dinero de cualquier categoría de fondos.

Entidades financieras como Santander, CaixaBank, Kutxabank, Sabadell, Bankinter y Unigest son las que mantienen productos garantizados de renta variable con más de 500 millones de euros de patrimonio (ver gráfico), mientras que en productos con garantía de renta fija son Unigest, Ibercaja y la entidad dirigida por Gonzalo Gortázar las que cuentan con más de 500 millones.